Medea, Eurípides
Corren hacia atrás,
fluyen hacia sus fuentes
los ríos sagrados.
La justicia y el mundo,
vuelven a estar revueltos.
Entre los varones imperan los engaños,
y la fe en los dioses ya no es firme.
Pero mi fama dará un giro
y recuperará mi vida su nobleza.
Para el linaje femenino
la hora del respeto está llegando.
Esa fama injuriosa
ya no perseguirá jamás a las mujeres.
Y los versos de los viejos poetas
dejarán de lado por fin esa calumnia
sobre mis traiciones.
Apolo, el maestro de las melodías,
a las mujeres no quiso concedernos
el arte divino de la lira;
pues yo habría contestado con un himno
contra la raza de los machos.
Pero el tiempo en su largo curso
tiene mucho que decir todavía
sobre nuestra suerte
y sobre la suerte de los varones.
Comentarios
Publicar un comentario