Para Fèlix
Fotografía ElenaShumilova
Tus ojos enormes y abiertos, ávidos de experiencias. A la par las manitas impacientes por tocar, tirar, acariciar, golpear. Tan poco tiempo aquí, entre nosotros, y te has vuelto lo más importante de nuestra vida. Tus risas, tus miedos y llantos. Tus abrazos, tus besos-mordisco de dos dientes y medio. Tan vulnerable y hermoso, tan escandalosamente inocente. Tu pureza se nos agarra por dentro y nos transforma en seres fuertes y valientes, dipuestos a cualquier sacrificio por tí. Gracias por haber venido y haberte quedado con nosotros, pequeño gran maestro.
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