"Mujeres que corren con lobos", Clarisa Pinkola Estés
Capitulo 10: El agua clara / La recuperación del río
La naturaleza de la Vida/Muerte/Vida hace que el Destino, la relación, el amor, la creatividad y todo lo demás se muevan de acuerdo con unas pautas amplias y salvajes, las cuales se suceden en el siguiente orden: creación, desarrollo, poder, disolución, muerte, incubación, creación y así sucesivamente. El robo o la ausencia de ideas, pensamientos y sentimientos son el resultado de una corriente alterada. He aquí de qué manera se puede recuperar el río.
Acepta alimento para iniciar la limpieza del río. Se nota que hay agentes contaminantes que alteran el río cuando la mujer rechaza los sinceros cumplidos que se le hacen a propósito de su vida creativa. Es posible que sólo haya una moderada contaminación cuando por ejemplo la mujer contesta con aire indiferente: “Es muy amable de tu parte hacerme este cumplido”; o puede haber una grave contaminación: “Ah, es una birria” o “No estás en tus cabales”. Una respuesta a la defensiva es también un indicio de lo mismo “Pues claro que soy maravillosa. ¿Cómo no te habías dado cuenta? “. Todas estas reacciones denotan un animusherido. Las cosas buenas fluyen hacia la mujer, pero el animus las envenena de inmediato.
Para invertir el fenómeno, una mujer tiene que esforzarse en aceptar el cumplido (aunque inicialmente parezca que esta vez se abalanza sobre él para poder quedárselo todo para ella sola), saborearlo, combatir contra el malévolo animus que quisiera decirle al que hace el cumplido: “Eso es lo que tú crees porque no sabes la cantidad de errores que ha cometido, no te das cuenta de lo tonta que es, etc.”.
Los complejos negativos se sienten especialmente atraídos por las ideas más sabrosas, revolucionarias y maravillosas y por las formas más audaces de creatividad. Por consiguiente, no hay vuelta de hoja, tenemos que buscar un animusque actúe con más claridad y apartar a un lado el antiguo, es decir, enviarlo a los archivos de la psique, donde se guardan los impulsos y los catalizadores, debidamente desinflados y doblados. Allí se convierten en objetos y dejan de ser agentes de emociones.
Protege tu vida creativa. Para evitar el hambre del alma, da al problema su verdadero nombre y resuélvelo. Practica a diario tu tarea. Y después no permitas que ningún pensamiento, ningún hombre, ninguna mujer, ningún compañero, ningún amigo, ninguna religión, ningún trabajo y ninguna voz avinagrada te obliguen a pasar hambre. En caso necesario, enseña los incisivos.
Construye tu verdadero trabajo. Construye una cabaña de cordialidad y sabiduría. Toma tu energía de allí y tráela hacia aquí. Insiste en establecer un equilibrio entre la responsabilidad prosaica y el arrobamiento personal. Protege el alma. Insiste en llevar una vida creativa de calidad. No permitas que tus complejos, tu cultura, tus desechos intelectuales o las rimbombantes bobadas aristocráticas, pedagógicas o políticas te la roben.
Pon alimento para la vida creativa. Aunque hay muchas cosas buenas y nutritivas para el alma, casi todas ellas están incluidas en los cuatro grupos básicos de alimentos de la Mujer Salvaje: tiempo, sentido de pertenencia, pasión y soberanía. Haz acopio de ellos, Son los que mantienen limpio el río.
Cuando el río ya está limpio, puede volver a fluir; la producción creativa de una mujer se incrementa y, a partir de este momento, sigue sus ciclos naturales de aumento, disminución y nuevo aumento. Nada se podrá ensuciar o dañar durante mucho tiempo. Cualquier contaminación que se produzca será eficazmente neutralizada. El río vuelve a ser nuestro sistema de alimentación en el que podremos entrar sin temor, del que podremos beber sin preocupación y junto al cual podremos serenar el alma atormentada de La Llorona, sanando a sus hijos y devolviéndoselos. Podremos desmontar el proceso de contaminación de la fábrica e instalar un nuevo animus. Podremos vivir nuestra vida junto al río tal como queramos y juzguemos conveniente, sosteniendo en brazos a nuestros numerosos hijitos y mostrándoles el reflejo de sus imágenes en las cristalinas aguas.
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