De sombras...
Volvió a esa casa llena de telarañas que le removían las raíces, el viento entre los pinos parecía susurrarle esos recuerdos que creía olvidados. Abrió la verja oxidada hacia su interior y se dio cuenta que su alma era muy vieja y sabía de idiomas. Paseó con miedo a mirar atrás, no fuera que sus huellas la estuvieran persiguiendo....¡se sintió tan insignificante! y, de pronto, el tiempo se detuvo.
Fotografías: Frances Kearney
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