Un viejo que leía novelas de amor, fragmento: Homenaje a Luis Sepúlveda

Metanoia, Otto Placht

 "Lo acometió un sueño curioso. Se veía a sí mismo con el cuerpo pintado con los tonos tornasolados de la boa, y sentado frente al río para recibir los efectos de la natema. 
Frente a él, algo se movía en el aire, en el follaje, sobre la superficie del agua quieta, en el fondo mismo del río. Algo que parecía tener todas las formas y nutrirse al mismo tiempo de todas ellas. Cambiaba incesantemente, sin permitir que los ojos alucinados se acostumbrasen a una. De pronto asumía que el volumen de un papagayo, pasaba a ser un bagre guacamayo saltando con la boca abierta y se tragaba la luna, y al caer al agua lo hacía con la brutalidad de una quebrantahuesos desplomándose sobre un hombre. Ese algo carecía de forma precisa, definible, y tomara lo que tomara siempre permanecían en él los inalterables brillante ojos amarillos."


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